Vips

Alguien dijo que todo lo que digas queda mejor formulado como desiderata (carta de requerimentos). Pero yo voto por formularlo a manera de visiones superficiales durante la estancia en una cafetería basura:


* Ya pusieron una maquinita para pescar peluchitos. ¿Quién la usa? ¿Quién maquinó el beneficio de ese posible deseo?
* Cuando uno se refiere a lo "urbano", ¿qué pedo?
* No es ni tantito atractivo lo que se ve en esa tele colgante. No hay nada más que una atención asonzada expandiéndose en torno a ella, de ida y de regreso, como oleaje en costa sucia.
* Los libros Selector siguen a la venta. 
* Los uniformes de mesera se han hecho como de chocolatería suiza. Y su novedad suelta un aroma de bienestar tan inconfundible que por supuesto debe ser falso: se imagina uno al sastre haciéndolos cada uno a la medida. Pero ¿se pueden fingir en esta ciudad, sin descaro, los tiempos en que se cuidaban los detalles de la vida diaria? 
* El gusto ordinario es un síntoma adorable.
* Esto que en la nota aparece nombrado misteriosamente como "café americano" da ganitas de ir al baño. Imposible reprimirlas. La cafeína a veces parece el ferrari de las drogas. Todo junto crea un efecto liberador, lo que sugeriría que es comprobable la ecuación: laxitud de esfínteres=felicidad.
* ¿El de Calle 13 está medio sexy o de hecho sí hay tele bien hecha en Bananarama (Latinamerica)? Como sea, este punto anularía al tercero de la lista.
* El moto "dale sabor a tu encuentro" se me hace que apela a algo de lo que sería imposible hablar sin acudir a las nebulosas del "ser mexicano". Pienso automáticamente en los cafés de los portales de Piedras Negras, Coahuila, que se vaciaron de pronto, contaba Vasconcelos.
* La Zona Rosa me es interesante. Muy. Es más, me es inspiradora.


1 comentario:

s. s. dijo...

" El gusto ordinario es un síntoma adorable"

me encanta.