Responder a qué sucedió hace autenticidad. Confesarse es el trayecto en sentido contrario de lo que se supone me calla, esa fuerza de lo que no soy, de lo que no es. El enemigo. Cuando hablo de mí le gano una batalla. Así que ¿qué digo? Confiesa, di la verdad. Vamos, defiéndete. Parece que, tenebrosamente, como multitudes alegres paseando un cadáver, tomar palabra en este sentido teclea en el programa las fronteras del programa.
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